martes, 28 de marzo de 2017

Aquí cabemos todos

Recibimos tentaciones constantemente, provocaciones, de personas que no saben lo que quieren, que sienten celos porque se sienten invadidos, amenazados, y se defienden sin ser atacados, queriendo sacarte del mundo. Constantemente siento esa energía de personas asustadas, y siempre mi reacción ha sido de hacer una señal de calma con el corazón y seguir mi camino. Siempre he huido de los conflictos, nunca he necesitado ni querido demostrar nada, ni convencer a nadie de nada, más que de no maltratar a los demás y ser más empáticos, comprensivos. Aunque conmigo no lo sean.

Me entristece ver cómo personas que pueden aprender, prefieren defenderse y cerrarse en su YO, en esa superioridad digna del inseguro. En mi afán de querer llegar a todas las personas con un mensaje de apertura de corazón, me encuentro esos corazones cerrados y humanos competitivos. No puedo hacer más que seguir fluyendo y no pararme en ellos, jamás he sido buena compitiendo porque nunca he querido ganar nada.

Hay tantos profesionales del marketing haciendo daño a los animales, y engañando a las personas que quieren buscar algo que jamás van a entender, porque no quieren ver más allá de su ombligo. Vendiendo humo, haciéndose importantes, para luego enseñar a las personas algo que perjudica a los animales y a las propias personas. En esta profesión que es nueva en el mundo, hay más intrusismo que profesionales. Una profesión no se aprende en un fin de semana. Hacen falta años de trabajo para crear un buen profesional. Y ese profesional, debe recibir una formación adecuada, constante, y debe tener unos firmes valores y sobre todo, una ética de trabajo. Y más, cuando estás trabajando en beneficio de otros.

Me ofrecen con frecuencia realizar charlas o trabajos que van en contra de mi filosofía y siempre lo rechazo, pero siento pena porque me pidan algo así y no entiendan por qué no quiero hacerlo. He rechazado programas de televisión, de radio, conferencias, por querer sacarme de mi centro. Mi centro es el amor por los animales, la vida, las personas, todo ser vivo, es respeto y agradecimiento. Y de ahí no me va a mover nadie.

Constantemente me escriben personas que quieren corregir a los gatos, hacerlos obedientes, sociables, buenos, según ellos. Que no estén aterrados y se dejen tocar y manipular. Que se dejen de mear en el sofá, o cagar en la bañera, porque es molesto, no porque sientan que su gato está sintiéndose mal. Eso da igual, quieren corrección, que deje de hacerlo ya. Y si no les funciona lo que les diga, pasan de mi y buscan otro que les de lo que buscan, para darse cuenta de que tampoco funciona, entonces su problema lo dan por crónico, cuando no han hecho nada, o peor, abandonan o sacrifican al gato, sin más. Y lo que les digo no les funciona porque no se enteran de la mitad, porque no quieren y no se implican. Rechazo totalmente ir en contra del gato en beneficio de una persona que no sabe lo que está pidiendo. No trabajo para alimentar la curiosidad de nadie, ni para dar mensajes trascendentales que ni vas a entender porque no te toca. Quizás te toca más aprender a cuidar tu cuerpo y mente aquí y ahora y no el saber qué fuiste en tu vida anterior. Quizás te toca a ti aprender por qué ese gato que has recogido está aterrado y cómo puedes hacerle feliz aunque preferirías estrujarlo y besarle para sentirte bien tú. A lo mejor te toca aprender a callarte por dentro y por fuera para darte cuenta de que te están hablando y te están pidiendo que pares de una vez, que estés en silencio y observes todo lo que te estás perdiendo. Es curioso cómo vamos buscando respuestas, herramientas e información, y cómo lo importante lo ignoramos y nos quedamos con lo que alimenta nuestra carencia de amor.

A mi me toca aprender a ser mejor cada día, a escuchar más también, porque me pierdo en mi cabeza a veces, como todos. Me toca aceptar que no puedo ayudar a todo el mundo y que la que necesita ayuda soy yo, que debo dejar que cada uno reciba lo que quiera y siga su camino también. En lo que debo trabajar duro es en mantenerme en mi sitio y seguir compartiendo desde aquí, para el que lo quiera recibir, sean 3 o 1000 personas. Aunque duela lo que hacen otros, me tengo que mantener aquí y hacer lo que hago con todo mi amor. Sólo así, mi alma está tranquila. Lo que diga mi cabeza me da igual.

Hay niños de 5 años con más verdad que un adulto que se ha hecho 5 años de carrera y presume de ello. La humildad es una actitud, una forma de sentir y estar, una apertura para aprender de cualquier experiencia tuya y de otros. De lo contrario, tu paso por la vida va a ser una lucha por reconocimiento y ambición, y habrás dejado atrás muchas sonrisas de tu corazón. Por lo tanto, una existencia vacía que no ha aportado nada a nadie. Yo quiero dar amor aunque no lo reciba, porque para mi el poder darlo y sentirlo también es una forma de recibir. Aunque amor recibo muchísimo, y para la minoría con la que me cruzo que se asustan, critican y me quieren sacar del mundo, no me voy a preocupar. A ellos también les tengo en cuenta, les entiendo y no les invado. Somos libres.

Sólo quiero que las personas dejen de pelearse, de medirse unas con otras. Me gustaría ver un mundo donde se tiene en cuenta a todo ser vivo y se convive en armonía. Aquí cabemos todos. Donde se aceptan todos los puntos de vista sin imponerse unos a otros. Compartiendo. No sé si lo veré, pero seguiré trabajando en mi centro para aportar lo que pueda, intentando ser sincera y honesta conmigo misma y con los demás. Y cuando mi cabeza me envenene, lo perdonaré. Porque al final, para qué estoy aquí, si no es para aprender y disfrutar. Lo que yo puedo aportar aquí es poco comparado con la experiencia que me estoy llevando. Cuando me vaya, quiero haber aportado algo bonito a los demás, porque yo me llevo mucho ya.

viernes, 24 de marzo de 2017

En tu libertad está tu fuerza

Eso me dijo un gato ayer. Un gato atrapado y desesperado. Un gato que necesita ser libre y vivir su vida, porque el no poder hacerlo le está generando mucha ansiedad y está perdiendo el control y siendo agresivo a veces. Los gatos también se irritan, y se angustian, y saben cuándo no quieren estar en un lugar. Su forma de comunicarlo es lo que nosotros no entendemos pero, ¿cómo te puede comunicar un gato que está frustrado y desesperado? No entendemos la agresividad de un gato, tendemos a pensar que "se le va la olla". Todavía no he conocido un gato loco en mi vida. Y este gato, tan precioso, tan fuerte, reducido a pura frustración por no poder hacer la vida que necesita.

Hay gatos que son almas libres, aunque no sean asilvestrados y sean cariñosos, pero no quieren depender de nosotros ni vivir encerrados con nosotros. Este es uno, y me recordó mucho a las personas, a las que vivimos encerradas en los deberes, quehaceres y obligaciones y hemos perdido nuestra libertad. No fluimos, no podemos ser, los días se pasan como horas y no hemos hecho nada. Tenemos sueños, pero nos levantamos cada mañana con esfuerzo e inercia para cumplir obligaciones. Hemos perdido la ilusión por hacer, por compartir nuestros dones, porque no los encontramos muchas veces. Pensamos que no somos buenos en nada, no podemos ofrecer nada al mundo que no exista ya. Qué falso pensamiento.

Me recordó lo atrapados que vivimos en nosotros mismos, con todos nuestros pensamientos, juicios, cultura, con todo lo que nos condiciona para no poder expresarnos libremente. Hay que dar una imagen, hay que cumplir con las obligaciones, hay que ser mejor que el de al lado, y cuando vemos un alma libre, un artista, le admiramos y deseamos ser como él. Yo creo que todos somos artistas, pero no todos hemos encontrado nuestra expresión plena. El necesitar dinero para vivir es una de las mayores trampas y mentiras de nuestra historia, lo que nos atrapa en estas vidas y nos impide ser quienes queremos ser. Tantos sueños rotos y desesperación... cuando en realidad, si cumples tu sueño, todo se coloca para ir bien y no te faltará de nada.

La carencia llega cuando la sientes, y la abundancia llega cuando la sientes. Para este gato toda su fuerza y abundancia es su libertad. No sé si algún día seremos capaces de observar a los gatos en libertad y sentirnos como ellos, y entender toda su plenitud al sentir su libertad. Ahora no somos capaces, sentimos miedo y necesidad de controlarlos. Hablo de un gato, uno especial, que me ha recordado lo importante que es poder ser uno mismo, y estar donde se quiere estar. Yo me siento así a veces, atrapada en lo que yo misma he creado, con ansiedad a veces por querer ser mejor y no conseguirlo, por querer hacer algo diferente que me llene más y me de más libertad al no tener que estar a la altura de nada ni resolviendo problemas de otros. Adoro mi trabajo y estoy agradecida cada minuto, pero como ser humano también necesito esa libertad de Ser. Me veo infravalorando muchas veces mis dones, cuando en realidad, hay tanta gente admirándolos. Pero yo a veces no los veo, y mi crítico interno no me permite creerme los elogios, los aplasta, algo que yo veo favorable. Sin humildad no hay aprendizaje, sin errores no puedo aprender. Si lo hago todo perfecto no estoy haciendo nada. Necesito equivocarme, probar, y gracias a las personas con las que trabajo cada día, me equivoco y aprendo. No soy la mejor, pero lo hago lo mejor que sé. Lo doy todo y con todo mi corazón intento estar. Pero me pasa a mi, y a todo ser humano de este planeta. Quién no ha sentido frustración, quién no se ha sentido atrapado en una vida que no quiere y no sabe cómo salir de ella. Cómo no te vas a poner agresivo si necesitas salir de ahí a toda costa. Cómo no te vas a enfadar si eres infeliz y no te entienden. Es la frustración de la infelicidad y el ahogo de estar atrapado en ti mismo, que terminaría si cerraras este capítulo de tu vida y encontraras eso que a ti te genera la sensación de plenitud. Puede ser respirar y meditar una forma de sentirlo, pero para vivir así cada día, tenemos que salir de aquí.

Tenemos que hablar, cantar, pintar, escribir, crear, dejar que nuestra alma se exprese y comparta el Amor que trae. Esa es nuestra libertad, al igual que lo es para este gato sentir el viento, poder esconderse, correr, cazar, y disfrutar de lo que él elige en cada momento.

Somos almas libres, como los gatos, pero nos hemos encerrado en tantas cosas que nos hemos creído... ¿quién no necesita liberarse? En mi libertad, está mi fuerza. Cuando consiga ser libre y expresar mi corazón, entonces, seré única, plena, y feliz, como él. Así que a la vez que yo tomo la decisión de ser libre, le doy las gracias por el mensaje y deseo de corazón que él también encuentre pronto su libertad y felicidad. Gracias, Bob.

jueves, 29 de diciembre de 2016

Ser auténtico y trabajar en lo que crees

Hace un año que no escribo en mi blog pero he de decir que he tenido un año muy complicado a nivel personal, tuve que trascender a una nueva fase y me ha costado bastante, por lo que tuve paradas algunas cosas o han ido más lentas.

Sigo estando aquí, trabajando mucho, aunque haya estado a medio gas. Ya por fin vuelvo a recuperar mi energía y fuerza para poder compartir mucho de mi con los demás. Como un artista que depende de su inspiración para crear, al final todos estamos creando y somos artistas, y afecta todo.

A nivel personal estoy en una barca sin rumbo, he perdido toda mi estabilidad y he tenido que adaptarme a la incertidumbre, pero soy feliz de nuevo dentro de mi y me demuestro una vez más a mi misma que soy fuerte y amo la vida y a los demás, agradecida a cada experiencia vivida y con miedo, claro que sí, a lo que ha de venir. Pero siempre, al final, acabo agradecida por lo vivido, porque pese a tener miedo confío en la vida, en mi misma, en los que me quieren y me cuidan, mis ángeles, mis gatos, mi familia, mi alma, nada aquí está mal, sino al revés, es una experiencia de vida hermosa e intensa. Aunque me sigo quejando del cuerpo físico a veces :)

Me veo de nuevo con muchas ganas de compartir todo lo que sé, creando cursos nuevos con ilusión, mejorando los que ya había. Cuando tantas veces he dudado sobre mi camino, ahora lo acepto y lo camino con ganas, sintiéndome completa y a la vez separada de la Laura que soy, la niña a la que adoro. Amo a la gente única, auténtica, e intento siempre permanecer en mis valores y mi sentir.

Me han llegado a tachar de extremista por no compartir con la mayoría de personas algunos gustos, pero por un lado entiendo esa etiqueta, y por otro tengo la total seguridad en lo que creo y, lejos de defenderlo como hacen los extremistas, me mantengo en mi posición tranquila y en paz.

Ya van a hacer 17 años desde que comencé este precioso camino de ayuda a los animales. El aprendizaje obtenido no tiene precio, más trabajando con los gatos en sus problemas más o menos graves, con sus personas, siento que he alcanzado un nuevo nivel donde todo es más fácil porque la experiencia ayuda, y donde me apetece ayudar a otras personas a llegar hasta aquí.

Casi cada día me escriben personas que se quieren dedicar a lo mismo que yo, me preguntan por cursos de etología felina y siempre debo respirar un poco antes de responder porque mi lado Vervain de Bach quiere salir. Ya en este blog he dado mi opinión sobre esto y sobre lo que es ser Terapeuta Felino, para mi. Con estos valores y aprendizaje voy a enseñar a los que quieran aprender conmigo.

Lo que la mayoría de las personas ve de forma graciosa, para mi llega a ser doloroso, al conocer a los gatos y no quererlos ver como víctimas de las personas, ni a nosotros como víctimas de los animales. Humanizar a los gatos, disfrazarles, hacerles reaccionar como un humano para reírnos de ellos, tratarlos con autoridad como si fueran niños (algo que me duele hasta con los niños, y soy madre), provocarles para que agredan, forzarles cuando tienen miedo, no escucharles ni tenerles en cuenta, juzgar su comportamiento como si fueran malos.

Pero me duele también ver un profesional especializado en comportamiento felino que no escucha al gato, que sólo escucha a la persona, lo que ésta le cuenta desde su versión, y cómo, mientras el gato se mantiene impotente y frágil a lo que hagan con él, entre ellos acuerdan diferentes métodos de corrección de conducta, a un gato que está pidiendo ayuda para ser comprendido. Muchas caricias, chuches, pero nadie se para a observar a este gato, cómo se siente, qué pide, qué no quiere. La persona cuenta cómo vive el problema, cómo le afecta, y se hace víctima de él. Pero quien debe contar el problema es el gato, y tras 17 años trabajando con animales no necesito ya demostrar que los animales pueden contarlo, lo estáis viendo cada vez más. Por eso, ¿qué tipo de profesional quieres ser? ¿Quieres un reconocimiento oficial, un diploma? ¿Quieres cobrar mucho dinero y ser reconocido, famoso? ¿O a qué profesional vas a contratar para ayudar a tu gato? ¿Al que te da la razón, te da remedios inmediatos aunque sienten mal a tu gato, o a alguien que sea honesto, sincero, y te comunique sin prejuicios lo que ocurre y te acompañe en un largo proceso terapéutico? Yo lo tengo claro, y por eso recibiré en la nueva formación profesional que estoy preparando a personas que quieran trabajar con su corazón, que no tengan miedo de sí mismas, que sean valientes para enfrentarse a inseguridades, a verdades, que sean humildes para escuchar cualquier tipo de mensaje que un gato quiera dar, y ayudarles poniéndonos a su favor, y no tanto en el de la persona para quedar bien y ser así reconocidos, no aceptaré personas que odian a la humanidad.

Trabajar con amor, desde el amor, con el corazón, con respeto e igualdad por estos compañeros de vida y por el resto de la humanidad. Jamás imaginé qué tan lejos llegaría con mi profesión, ni sé aún, dentro de mi momento personal de incertidumbre, a dónde me llevará, pero a día de hoy, estoy feliz de ser la persona y profesional que soy, tras pasar tanto miedo, sufrimiento, tantas etapas, hoy me planto y me agradezco la experiencia y la fuerza con la que he viajado hasta aquí, y a partir de aquí pese a seguir aprendiendo, quiero enfocarme más en enseñar.

El mundo está cambiando, los extremos tiran cada uno hacia su lado para llegar a un equilibrio posible, yo sigo en mi neutralidad y mi base, no soy extrema, tengo valores. No vas a maltratar a un gato, no vas a hacer algo que sé que le va a perjudicar aunque a ti te haga gracia, te voy a informar y ayudar sin juzgarte, para eso he venido y mi amor por la vida, y por todos, es mi energía.

Feliz año 2017 <3




miércoles, 27 de enero de 2016

No soy infalible

Siento que trabajo en silencio, en una habitación donde paso horas, tras la pantalla de un ordenador, sin que nadie vea lo que hago ni cómo. Con mi gata Moway siempre a mi lado, hablando por teléfono durante horas, contesto cientos de correos, mensajes de Facebook, Whatsapp. La mayoría demandantes, la mayoría urgentes, pero nadie ve más allá de su propio problema. Llegué a la saturación, a necesitar tiempo para mi y para preparar más proyectos, porque lejos de parar, sigo inventando y creando porque quiero llegar a más personas, quiero dar más, porque siempre siento que hago poco. Muchas veces lloro leyendo los correos, y contesto desde lo más profundo de mi corazón tras respirar 10 segundos. Me dan ganas a veces de gritar ante las injusticias, cuando me cuentan sobre otros consejos que otros profesionales les han dado para solucionar los problemas de su gato. "Quítale las uñas", "hay que matarlo, no tiene arreglo y es peligroso", "es mejor que lo dejes en la calle, se apañará", "las cosas naturales no le van a hacer nada, dale fluoxetina". Me revuelve las entrañas y sufro en silencio mientras hago de tripas corazón y contesto con todo el amor que me sale. No juzgo, porque estas cosas se aconsejan desde la ignorancia. Pero duele, duele mucho. Y en vez de querer ir a toda una comunidad clamando al cielo que por Dios pongan un poco más de corazón en cuanto al comportamiento de los gatos se refiere, me entran más ganas de querer cambiar el mundo y trabajar para publicar mis libros, y todo lo que pueda aportar a este desconocido mundo de los gatos. No es que sea la persona que tiene toda la verdad, pero algo sé, y sé sobre el amor y respeto, y sé por qué los gatos actúan como actúan. Sé que ninguno de sus problemas se arregla amputándole los dedos, ni matándolos. Sé que tienen problemas, sentimientos, que manifiestan la más pura verdad y no se deben tapar con ansiolíticos. Sé que les podemos ayudar si dejamos al lado ese Ego estúpido, autoritario y soberbio que te hace querer tener razón. No tenemos razón, nunca, porque no estamos hablando con el corazón en la mano. Estoy cansada de ser de las pocas personas de mi país que trabaja en positivo con los gatos, pero por otro lado me llega una corriente nueva y fresca de personas que se están formando conmigo y con otras compañeras maravillosas y que quieren trabajar con esta filosofía y base. Eso es lo que me da esperanzas de que el mundo cambie y esos profesionales que recomiendan barbaridades, espero que se den cuenta de su incompetencia y trabajen de otra manera, porque se van a dar cuenta de que sí que ayudan a los gatos y a sus personas. Sólo un poco de humildad y recordar por qué estás haciendo lo que haces, si es por los animales o qué te mueve. Pocas veces me levanto y grito, muy pocas, porque no quiero meterme en el terreno de nadie ni juzgar, pero esta vez debo hacerlo por desahogarme, y porque no me muero sin cambiar el mundo, yo no me muero hasta que los gatos sean comprendidos y tratados mejor, así como las personas.

No descansaré hasta que vea que todos los profesionales vean más normal escuchar y entender a un gato que maltratarlo. No me iré hasta que la desungulación, el castigo y maltrato sean absolutamente rechazados e intolerables. Hasta que la medicación con ansiolíticos sea vista como una falta de respeto a los sentimientos y expresión de otro Ser.

Aguanto a diario cómo personas muy científicas desconfían de mi trabajo y quieren entenderlo de una forma muy mental. Y digo aguanto porque no me enfrento. Y si me critican me pasan sus palabras como la brisa fresca sin afectarme. Lo he dicho muchas veces, no tengo nada que demostrar. Yo ya estoy convencida. Sólo quiero aportar y aportar, dar todo lo que sé, para que con eso quien lo reciba haga lo que sienta. Y aún así, muchos no entenderán. Pero no es mi problema. Yo sólo tengo que compartir y dar lo mejor de mi. 

Dicen que escribo poco en mi blog, pero es que sólo escribo cuando algo me duele, afortunadamente. Cuando tengo ganas de llorar, vengo y me desahogo, para eso es mi blog. No me importa quién lo lea, es como si no lo leyera nadie. Aunque en estos meses me he tenido que morder la lengua porque hay cosas que no se pueden contar en público y se sufren en silencio. Como ser humano, los estados de felicidad o realización en la vida no duran mucho. Pese a mi paz interior y mi eterna confianza en la vida, soy humana y tengo días malos. Y meses malos en que hay que ser fuerte y luchar. Pero no puedo escribir sobre ciertas cosas, simplemente, y llevo un tiempo en silencio aguantando como una guerrera.

No soy infalible. No se entiende lo que cuesta este trabajo, a nivel emocional y físico. Recibo a diario correos de personas pidiéndome "si tienes un ratito pregúntale a mi gato..." o "si tienes un ratito a ver cómo lo ves...". La comunicación animal no se hace en un ratito. Ya lo he explicado en otros posts de este blog. Es una gran responsabilidad y no es un don tal que uno pueda sentarse en un ratito a mirar una foto y saber dónde está un gato perdido. No funciona así. No se valora el tiempo ni el esfuerzo que ha conllevado años de formación y trabajo personal para que en un ratito puedas resolver un problema ajeno. Me duele porque me frustra el hecho de que no pueda hacerse así, porque necesitamos controlar todo así. No se puede y es irrespetuoso con los animales y la comunicación. Hay mundo inmenso detrás de todo esto que no alcanzamos a ver ni comprender. He llegado además a tal punto de saturación que estoy tan cansada, y aún sigo intentando dar lo mejor de mi, por los gatos, su bienestar, lo que más quiero, que las personas y los animales estén bien. Es mi motivación diaria, y aún cuando la vida personal de una se hace dura (mamá no te preocupes, estoy bien), hay que estar entera para tener esos "ratitos" que la gente demanda sin valorarlos de verdad. Me hace sentir realmente mal. Pero lo hago por ellos, desde esta habitación. Con mi música, mis velitas, mis animales de poder, y confiando en el Amor que me sostiene y me guía cada día.

Aunque no sean los resultados esperados en un caso en el que trabaje, aunque a veces un problema entre gatos sea complicado y las personas se desesperan, sigo teniendo que dar lo mejor de mi por ayudar. No por solucionar. Ayudar. Acompañar. Aconsejar. Pongo todo mi amor en ello sin esperar nada a cambio. Hay muchas cosas que no se ven desde el otro lado, la persona que lucha a diario por ser mejor, que sufre por cosas de la vida como todo el mundo, la persona que te está escuchando y quiere ayudarte aunque no confíes en ella, la que come delante del ordenador cualquier cosa para ver los vídeos de tus gatos a tiempo, los tuyos, y los de cien personas como tú.

Es agotador, pero sólo permito quejarme hoy, un ratito. Puedo derrumbarme un poquito y resoplar. Escribir esto y desahogarme. Luego vuelvo a mi fuerza interna y mi convicción y sigo adelante, contestando correos y queriendo ayudar a todos los que vienen a pedir ayuda. Me siento agradecida por la confianza de las personas y la cantidad de trabajo que llega. Eso me lleva a hacer cambios en un futuro inmediato. Cambios positivos, pero necesidad de soltar viejos patrones y empezar a establecer otras maneras de trabajar. Con ese objetivo: dar todo lo que pueda y lo máximo que llegue.

Y si me muero mañana, pues esto ha sido lo mejor de mi, eso no me cabe duda, lo intento cada día, así que en cualquier momento, me puedo marchar tranquila. Sólo espero que me de tiempo a publicar mis libros, al menos, y ver cómo cambia el mundo. Así que pese a lo dura que es la vida, me pido unos años más. Ya descansaré otro día.


viernes, 21 de agosto de 2015

¿De verdad te sientes solo?

Hoy se me saltan las lágrimas, por un lado desconcertada, por otro, agradecida. Una de mis mejores amigas del alma, compañera de vida, me decía hoy que había estado llorando porque ha habido un momento en que le ha pasado algo y se ha sentido muy sola. ¡Eso no es verdad y lo sabes! le dije. No estamos solos, nunca lo hemos estado ni estaremos. Algunas personas estamos derribando algunos muros y allanando un camino en algún tema, ella es una de esas personas, y todo lo que ha construido lo ha hecho a base de esfuerzo y amor por lo que hace. Ha abierto un camino y detrás de ella hay infinidad de personas caminando por ese camino con el mismo amor y gratitud por lo que aporta. ¿Sola? estamos rodeadas de personas que nos apoyan y creen en nosotras.

Se me saltan las lágrimas cuando de la nada saco un proyecto para mejorar mi trabajo con los gatos y es apoyado incondicionalmente por cientos de personas. Cuando yo no esperaba nada. De hecho una de antemano espera fracasar, es casi una condición humana. Cuando hablo de mi libro y las personas se emocionan y me emocionan a mi. No me enriquece en absoluto como persona ni me engorda. Al revés, me incomoda, me abruma y me hace sentir más pequeña, más responsable, y me da más miedo. Pero dentro de esa sensación que ya conozco y contra la que he luchado tantos años, he encontrado a una Laura más segura que ha conseguido ilusionarse con el amor de los demás. Ya no tengo ganas de correr y buscar otra profesión con menos responsabilidad. He tardado años en aceptar mi lugar, y eso ha sido gracias al apoyo incondicional de las personas. Haga lo que haga, siempre recibo cariño. Y eso me hace llorar de emoción. Alguna vez en persona en algún curso se me han escapado las lágrimas por esto. No tengo forma de expresar mi gratitud a todas y cada una de las personas y seres vivos que forman parte de mi realidad y encarnación.

Jamás me he sentido sola, ya no sólo por las personas, sino que siento que tengo un soporte, algo que no me deja nunca caer, que me proporciona vías de escape, me da ayuda, me allana el camino. Siempre que pido ayuda en silencio, la tengo, siempre están, siempre responden. Las personas que no reciben ayuda es porque no la piden. Es imposible que te sientas solo si pides ayuda. Nos sentimos solos cuando nos tragamos todo y pensamos que nadie nos va a entender, que nos van a juzgar. Me doy cuenta en los cursos del proceso que todas las personas hacen. Siempre llegan todos más o menos tímidos, reservados, y el segundo día están compartiendo con esos aparentes extraños cosas muy íntimas, lloran, lo dan todo, y son arropadas, comprendidas, no juzgadas, y sobre todo, siempre hay otra persona con la misma experiencia o problema, que les hace sentir mucho mejor y con la que empatizan. Pero el primer día no lo has visto, no lo cuentas, no lo compartes, y tampoco sabes los demás en qué batalla estamos, prejuzgamos a los demás siempre. Y te aseguro que todos los seres humanos estamos en alguna batalla o varias. Pero las peleamos en silencio, nos han enseñado que hay que aguantar y tragar y cada uno con lo suyo. Pero no es así ni tiene que serlo. Una cosa es ser responsable con lo de uno mismo y no echárselo al de al lado y otra cosa es tragarlo solo.

Aclaro: cuando digo que jamás me he sentido sola, no es cierto tal como lo lees. Si escribo esto y hablo de ello es porque me he sentido sola hasta el extremo de llegar a la resignación y con ello pasar a la fe. Es lo único que me ha quedado y desde donde he llegado a sentir que en realidad no estoy sola. Por eso afirmo que en realidad, al final, nunca me he sentido sola. Me he quejado a mi amiga de sentirme sola mil veces, por tan sólo una que me ha dicho ella en un pequeño mal momento puntual, que ha inspirado a hablar sobre mi propia experiencia sobre la soledad.

Todos tenemos seres vivos que nos aman, sea familia y animales, pero luego hay otra familia preciosa que te sostiene en el más puro amor, con una luz preciosa, y que siempre está contigo en todos los planos de tu existencia. Tus gatos están conectados con ella. Sólo nosotros no recordamos, pero sabemos que ese soporte está ahí. No nos van a enviar un millón de euros, quizás, porque no te hacen falta para desarrollar tu propósito, de hecho te desviaría de él. Pero te has dado cuenta de que están ahí. Incluso en el monte más perdido del mundo, están allí contigo. Jamás puedes sentirte solo. No le pongas nombre, no importa, sólo siéntelo y recuerda todas las ocasiones en que han ocurrido milagros en tu vida, en que has superado todo lo que te ha ocurrido, en que por "suerte" te han ayudado o llegado cosas que te hacían falta. Muchas veces medito sólo para sentirles, y darles las gracias. Sé que están. Sé que hay una Laura de luz que ama a la Laura humana. ¿No lo sientes tú también? ¿Cómo te puedes sentir solo?

Sólo puedo agradecer, desde mi punto de vista, desde mí, todo lo que vosotros me dais, los que me leéis, los que venís a mis cursos, charlas, los que me llamáis para trabajar con vosotros y vuestros gatos. Los que os leéis mi trabajo, lo difundís, habláis bien de mi, me recomendáis. En estos últimos 7 años que llevo con Terapia Felina no puedo creer lo acompañada que estoy. Empecé de la nada, de cero, sin espectativas, sólo quería ayudar a los gatos porque trabajaba en la protectora y veía tantos abandonos y eutanasias que tenía que hacer algo, aportar un poco a las personas que no querían a su gato para que lo entendieran y no lo abandonaran. Y ahora me veo en un punto en el que estoy trabajando en dos libros, montando una asociación para ayudar a los voluntarios, con cursos que se llenan meses antes, recibiendo consultas a diario y teniendo que parar y encontrar espacios de tranquilidad porque me saturo. Y mi aparente éxito alegra a muchas personas que me quieren de corazón. Y eso ya, termina de llenar y de aplastar la inseguridad de una. La palabra "gracias" se queda corta. Me hacéis mejor persona y me hacéis dar lo mejor de mi, he crecido por vosotros, aprendido con vosotros. Y mis ángeles me acompañan y apoyan en este proceso de vida. Y mi gata Moway, que últimamente no me deja sola. No sé cuándo ni cómo acabará esta encarnación, si acaba, pero no tengo miedo. Porque recibo mucho amor y es lo que me sostiene. Y por ello confío.

Si te sientes solo, piénsalo bien... no lo estás. Siéntelo... y mira cómo de acompañado has estado desde que naciste, por los que se ven y los que no.

No tenía intención de escribir hoy pero estas cosas se sienten y hay que soltarlas en el momento. Quiero que todos sepan, incluida mi amiga, que jamás estamos solos, aunque ella lo sabe mejor que yo y esas cosas se dicen en un mal momento, pero luego vuelves a tu sitio y sigues con tu historia. Todos tenemos derecho a una pataleta, pero sólo un poquito, luego hay que seguir disfrutando y valorando lo que tenemos alrededor.

Un beso y gracias a los que leen este pequeño blog <3

lunes, 22 de junio de 2015

¿Me ayudas a cambiar el mundo? Entonces cambia conmigo

No me termino de adaptar a este mundo, me chocan tantas cosas. Hace mucho tiempo que me siento observadora y apenas interactúo, eso también creo que no es sano para mi. No me acostumbro a ver cómo en redes sociales hay que linchar a alguien, si no es un político, será un animalista que ha ido contra el "código", o cualquiera, da igual, pero hay que criticar, protestar, siempre en contra de alguien, así que veo personas que se vuelven extremistas por un momento y reivindican algo con mucha ira e intolerancia, luego se siguen tomando el café delante de su ordenador y se ríen con un chiste tonto. Lo triste es que luego cuando hay que salir a la calle a protestar de verdad, o cuando hay que actuar, nos quedamos en casa mirando hacia otro lado. No me acostumbro a ver cómo nos peleamos a diario por cualquier cosa, perdiendo tanto tiempo delante de un ordenador sin saber siquiera a quién le estamos hablando. Perdemos las formas, perdemos el norte totalmente. Luego publicamos algo espiritual también, porque nos parece genial y nos identificamos con ello. No se puede estar más desconectado de la vida y de uno mismo, es absurdo.
Me siento muy mal y me entristece mucho ver cómo nos relacionamos y lo que nos mueve. Lo cómodos e hipócritas que somos.

No quiero y me niego rotundamente a vivir en este mundo que hemos creado así. Si estoy aquí es porque he venido para cambiarlo, no para tolerarlo así y formar parte de él tal como es, y se perfectamente que debo cambiarlo desde mí, empezando por mi interior, floreciendo.
Esta mañana he sonreído a tres personas casualmente y me han devuelto la sonrisa. Luego he pitado a un coche que hizo una maniobra arriesgada y evidentemente me devolvió lo mismo. ¿Crees que todo es casual? He sido muy consciente de todo ello. ¿Cómo creas tú tu realidad? ¿Qué das y qué recibes?

Decidí amarme más a mi misma, menos maquillaje, más moño, más ropa que me gusta a mi, mirarme al espejo y reírme, quererme y mostrarme tal cual soy, el michelín, payasadas incluidas, opiniones, sin vergüenza, sin temor a quedar mal, se me quiere tal como soy. Las personas que me saludan no se fijan en si voy maquillada o no, me ven a mi y me sonríen. Soy yo la que opino que hoy no estoy tan mona. Pues ahora voy a estar preciosa todos los días, pero desde dentro. Siempre he sido muy segura de mi misma y me ha dado igual la opinión de los demás, pero ahora quiero serlo más, no quiero aparentar nada más que lo que soy.

Me choca cuando mis alumnos dicen "Laura es todo amor". No sé en qué momento ni cómo las he podido engañar para que piensen eso de mi. La realidad es que soy muy amorosa, muy tolerante, he aprendido a no juzgar y a disfrutar de cada persona tal como es, esa sensación de paz que llevo conmigo cuando estoy con personas es la que transmito y sienten, pero no soy todo amor, soy un ser humano con su eterna batalla como cualquier otro. Incluso puedo decir que es parte de una maniobra victimista o defensiva de "no me hagas daño, mira qué maja que soy". Cada vez me conozco mejor.

Pero sobre el amor he aprendido mucho y es el camino que elegí tomar. Y disfruto mucho de las personas, algo que parece irracional a día de hoy. Parece que lo normal es odiar a la humanidad y si no eres así es que vives en una utopía y eres imbécil, o un "happyflower". Yo no soy nada de eso, y no odio a la humanidad, al revés. Amo a cada ser vivo que compone este planeta pero no me gusta cómo funcionamos.

Hace poco hice una entrevista y afirmé que para mi no hay gente mala. Pero el entrevistador discrepó y empezó a citar todo tipo de vejación y maltrato que hace el ser humano. Sigo sin ver gente mala. Pero no se entiende esto. Intento entender cómo pienso esto para poder explicarlo, pero las personas que afirman que las personas son malas no quieren escuchar mis explicaciones aparentemente utópicas. Disfrutarían más linchando públicamente a alguien antes que perdonando. Pero es que para perdonar hay que entender la vida. Los animales me enseñaron que no hay gente mala, mis experiencias, mis maestros, algún libro que otro, la comprensión que he llegado a adoptar de lo que es la vida, la encarnación, el ser humano, me hacen estar segura de que no hay gente mala. Cada persona por separado es maravillosa, y todos cometemos errores a diario, hacemos daño o lo hemos hecho. Casos extremos como la madre que mata a su hijo, el hombre que pega a su perro. No veo el acto en sí para juzgarlo ni siento que necesiten castigo. Necesito ir más allá y ver cómo está esa persona y qué le ha llevado a ello, el amor que le falta, que no ha tenido, que no ha sabido dar. Sé que ese bebé y ese perro son parte de este mundo pero perdonadme, también sé que perdonan porque entienden la vida. Y tantas otras cosas que se basan en las leyes naturales. Tan sólo por esta afirmación seguro que hay personas que ya quieren criticarme a mi por no sentir ese odio y necesidad de castigar a los maltratadores. Me da igual, no quiero que el mundo funcione así y no caeré en esa trampa. Mantengo que este mundo es temporal, irreal, que estamos experimentando la encarnación, y que todo lo que ocurra en este mundo es un puro aprendizaje, que estamos perdonados antes de nacer incluso, y que poco a poco vamos avanzando hasta volver a ser el Amor incondicional que somos, del que venimos, al que vamos. Es tan sólo un día de colegio, como afirmaba el Dr. Bach. Quizás Jesucristo es lo que sabía, que no estamos aquí, y perdonó. Es lo que aprendí en un Curso de Milagros. No soy religiosa, no tengas miedo, es otra cosa que también produce rechazo. Son inspiraciones que me ayudan a pensar que todo esto realmente no importa tanto y que hasta las personas más depravadas tienen un Ser superior, son un Alma y no un trozo de carne insensible, que es igual que la mía, pero experimentando cosas diferentes. Por eso estamos perdonados de antes, sólo somos nosotros los que no perdonamos y generamos toda esta basura de odio. Y que todos nuestros actos y experiencias deben acercarse cada vez más al Amor incondicional. El que maltrata lo encontrará también, nadie va a quedarse atrás. Yo considero que he podido maltratar también, y trabajo para perdonarme.

He vivido media vida rescatando animales, ya escribí sobre ello anteriormente, y me he dejado arrastrar por el odio que mueve la protección animal, hasta que no quise formar más parte de eso. Ahora tengo un proyecto precioso para ayudar en este campo del voluntariado de los animales, porque debemos cambiar urgentemente cómo lo estamos haciendo si queremos ayudar, para hacerlo en positivo y con amor, no con sufrimiento y odio. El día que me vaya de este mundo, espero haber cambiado algo, pero aún así espero tener mucho tiempo porque aquí hay mucho, mucho trabajo.

lunes, 6 de abril de 2015

Recogerse ante la tormenta

Trabajar desde la Presencia de uno requiere conocerse muy bien y saber cuándo se está y cuándo se debe parar. Mis herramientas son mi corazón, mi energía, y las tengo que cuidar cada día para estar bien centrada en ello. Un Comunicador Animal profesional debe trabajar bien a fondo todo esto, su Ser, su interior, y es algo que requiere años, media vida. No se es Comunicador Animal por un curso de un fin de semana, ni porque se te haya encendido una luz y decidas dedicarte a ello. Hay que aprender y trabajar mucho, simplemente por respeto a los animales.

He tenido que indagar en mi interior, reconocer mi Corazón, mi Ego, y hacer que se lleven bien, que no tengan conflictos, ser Uno con todo y consciente de la creación de mi propia realidad, de quién me acompaña, quién ilumina y quién necesita luz, quién me ama de corazón y quién simplemente me desea. Ser responsable conmigo misma y de mi creación a cada instante, ser muy limpia, honesta, humilde, sin necesidad de demostrar nada. Estar presente en el aquí y ahora y saber lo que es el Silencio,  bucear en mi interior y encontrarme, amarme, despejando y colocando todo aquello que me aleja de mi Esencia, es tan importante. No consigo ver con claridad que uno pueda ser Terapeuta y/o Comunicador Animal y siga juzgando a las demás personas o sintiendo envidia, rabia y rechazo. Si no trabajas con tu Corazón, si no lo has limpiado, no se puede utilizar, pues ése es el Canal de Comunicación. No se puede hablar de Amor Incondicional si no sabes lo que es. El Amor que se siente por todo, seres vivos (humanos, todos ellos, animales, reino vegetal, mineral...), no hace distinciones.

En estos días he pasado por una removida que ya está pasando, parece. Muchos nos hemos sentido mal, tristes, han ocurrido desgracias, hemos enfermado, y nuestros animales también. A veces ocurre y todos lo vivimos pero no nos damos cuenta de ello y pensamos que tenemos "mala suerte" o que sólo te ha pasado a ti por casualidad. Pero todos estamos en este viaje a la vez y todos estamos igual, por eso nada nos diferencia, ni nadie es mejor ni peor que nadie. Date cuenta de que cuando están así las energías, es momento de recogerse y no trabajar con ellas. La semana pasada yo estuve mal y el cuerpo pedía reposo y no trabajar demasiado, y así lo hice. He aprendido a notar hasta lo más sutil y a parar cuando no estoy al 100%. La mayoría de las personas con las que trabajo no saben el gran esfuerzo que me supone cada consulta, estar aquí haciendo lo que hago. Otros han visto un negocio fácil e intentan simularlo, pero van a caer muy rápido, ya que no se trata de nada tan superficial. Poner mi energía a tu servicio para mi es mucho y es lo que tantos años me está costando trabajar, tener mi energía bien alineada, cuidada y protegida para usarla al servicio de los demás.

Pongo todo mi amor en cada caso que trabajo, cada correo que contesto, cada curso que doy. Es visible y se nota. Es así, sale solo, como debe ser. Pero tiene un coste para mi. No se tiene en cuenta pero no me importa porque es mi decisión hacerlo y quiero que así sea. Me preocupa mucho cuando un caso no va todo lo rápido en su evolución como quisiera, dudo de mi y me enfrento a mis propios miedos e inseguridades cada vez que esto pasa. Las supero y sigo adelante, porque hay otros 99 casos que van solucionándose muy bien. Sólo si uno no va bien ya me siento mal. Afortunadamente pasa muy pocas veces y siempre intento hacer todo lo posible por estar presente, ayudar en todo lo que pueda, con todo mi corazón. A veces el resultado no es el que uno espera, pues es el gato el que de alguna forma decide el desenlace, si le dejan. Otras veces es la persona la que se deja llevar por sus resistencias y no da la oportunidad al trabajo más profundo. Más no puedo hacer.

Cuanto más avanzo en mi mundo más me estoy encontrando con la doble cara. Veo cómo en las redes sociales mi "popularidad" aumenta, cómo cada día tengo más trabajo, más seguidores, los cursos se llenan, más personas que me escriben aunque sea sólo para darme las gracias por la información de mi web, no me asusta nada ni tampoco me atrae, veo que está pasando y estoy agradecida porque puedo seguir aquí un día más, gracias a las personas. Pienso que debo estar haciendo bien mi trabajo para que cada día más personas lo valoren. Pero por otro lado veo que hay personas no tan agradecidas, miedosas, envidiosas, celosas, que por puro ego dicen algo absurdo, me sueltan alguna tontería salida de un prejuicio o intentan desprestigiarme. Los veo, lo sé, me entero al final porque este mundo es muy pequeño, pero sencillamente lo ignoro, no quiero poner mi atención ni energía ahí. Es tan duro el resultado de las propias críticas de mi cabeza que no tengo más tiempo que perder con alguien que ni me conoce ni sabe absolutamente nada de mi, ni de lo que pienso, ni nada. Bastante tengo con calmar mi mente y mi Ego como para intentar demostrar algo al Ego de otro. Es absurdo. Como he aceptado mi presencia en este mundo, he aceptado mi trabajo y he decidido hacerlo de todo corazón sin esperar nada a cambio, todas estas cosas se van disipando, aunque siga ahí el miedo a que alguien me haga daño, al final sé que son mis propias críticas reflejados en otros, así que lo trabajo de forma interna, nunca echo balones fuera, ya no.

El otro día vi una escena de lo más cotidiana pero en aquél momento me hizo pensar. Iba una persona con su perro por la calle, se cruzó con una mujer que al ver al perro se paró a hacerle unas caricias y se convirtió en un momento de amor mágico. Desconocidos que se aman en un momento sin más. Es eso lo que nos atrae de los animales y nos repulsa de las personas, soy muy pesada pero lo digo: el Ego. Los animales no tienen y te aman incondicionalmente, es lo único que estamos esperando de la vida, el Amor incondicional, sea de la divinidad en que creas, trasladado al ser humano. Nos encanta un elogio, un piropo, cualquier signo de aceptación, de amor, de cariño, un abrazo sin motivo más que darlo. Nos encanta que nos reconozcan y nos quieran, que nos den cosas, objetos, dinero o amor, recibir algo que alimente nuestro Ego y nuestro Corazón. Pero no soportamos a los seres humanos porque tienen el mismo Ego que tú, que genera críticas, juicios, dolor, hace daño porque no se ama ni es capaz de amar a nadie, es rencoroso, envidioso, todo miedo. Tenemos que cambiar el mundo, y tal como nos sentimos amados por los animales, ser nosotros capaces de amar así también a las personas, siendo capaces de perdonar cualquier cosa en este mundo irreal y temporal.

Siento que esta última removida aún me ha dejado algo de ese dolor profundo del ser humano, porque algo sigue cambiando para todos y lo estoy sintiendo. No me puedo permitir unas vacaciones pero sí he bajado un poco el ritmo de trabajo hasta que esta "nube densa" pase. Hay que tener cuidado con las energías, cómo se mueven, y saber recogerse a tiempo, así como con las malas intenciones y pensamientos que generamos hacia los demás: cuidado, hacen daño, a esa persona y a ti. No es necesario, es absurdo. Dedícate a lo tuyo, a sobrevivir, a encontrar ese Amor que te falta, y ayuda al de al lado a conseguirlo también. No tienes otra cosa que hacer más que eso. Yo hago lo que puedo con todo mi corazón y como mejor sé, por ti, por los demás, y por mí. Este vacío que todos tenemos sólo se puede llenar con Amor y de Amor. Da para recibir.