jueves, 29 de diciembre de 2016

Ser auténtico y trabajar en lo que crees

Hace un año que no escribo en mi blog pero he de decir que he tenido un año muy complicado a nivel personal, tuve que trascender a una nueva fase y me ha costado bastante, por lo que tuve paradas algunas cosas o han ido más lentas.

Sigo estando aquí, trabajando mucho, aunque haya estado a medio gas. Ya por fin vuelvo a recuperar mi energía y fuerza para poder compartir mucho de mi con los demás. Como un artista que depende de su inspiración para crear, al final todos estamos creando y somos artistas, y afecta todo.

A nivel personal estoy en una barca sin rumbo, he perdido toda mi estabilidad y he tenido que adaptarme a la incertidumbre, pero soy feliz de nuevo dentro de mi y me demuestro una vez más a mi misma que soy fuerte y amo la vida y a los demás, agradecida a cada experiencia vivida y con miedo, claro que sí, a lo que ha de venir. Pero siempre, al final, acabo agradecida por lo vivido, porque pese a tener miedo confío en la vida, en mi misma, en los que me quieren y me cuidan, mis ángeles, mis gatos, mi familia, mi alma, nada aquí está mal, sino al revés, es una experiencia de vida hermosa e intensa. Aunque me sigo quejando del cuerpo físico a veces :)

Me veo de nuevo con muchas ganas de compartir todo lo que sé, creando cursos nuevos con ilusión, mejorando los que ya había. Cuando tantas veces he dudado sobre mi camino, ahora lo acepto y lo camino con ganas, sintiéndome completa y a la vez separada de la Laura que soy, la niña a la que adoro. Amo a la gente única, auténtica, e intento siempre permanecer en mis valores y mi sentir.

Me han llegado a tachar de extremista por no compartir con la mayoría de personas algunos gustos, pero por un lado entiendo esa etiqueta, y por otro tengo la total seguridad en lo que creo y, lejos de defenderlo como hacen los extremistas, me mantengo en mi posición tranquila y en paz.

Ya van a hacer 17 años desde que comencé este precioso camino de ayuda a los animales. El aprendizaje obtenido no tiene precio, más trabajando con los gatos en sus problemas más o menos graves, con sus personas, siento que he alcanzado un nuevo nivel donde todo es más fácil porque la experiencia ayuda, y donde me apetece ayudar a otras personas a llegar hasta aquí.

Casi cada día me escriben personas que se quieren dedicar a lo mismo que yo, me preguntan por cursos de etología felina y siempre debo respirar un poco antes de responder porque mi lado Vervain de Bach quiere salir. Ya en este blog he dado mi opinión sobre esto y sobre lo que es ser Terapeuta Felino, para mi. Con estos valores y aprendizaje voy a enseñar a los que quieran aprender conmigo.

Lo que la mayoría de las personas ve de forma graciosa, para mi llega a ser doloroso, al conocer a los gatos y no quererlos ver como víctimas de las personas, ni a nosotros como víctimas de los animales. Humanizar a los gatos, disfrazarles, hacerles reaccionar como un humano para reírnos de ellos, tratarlos con autoridad como si fueran niños (algo que me duele hasta con los niños, y soy madre), provocarles para que agredan, forzarles cuando tienen miedo, no escucharles ni tenerles en cuenta, juzgar su comportamiento como si fueran malos.

Pero me duele también ver un profesional especializado en comportamiento felino que no escucha al gato, que sólo escucha a la persona, lo que ésta le cuenta desde su versión, y cómo, mientras el gato se mantiene impotente y frágil a lo que hagan con él, entre ellos acuerdan diferentes métodos de corrección de conducta, a un gato que está pidiendo ayuda para ser comprendido. Muchas caricias, chuches, pero nadie se para a observar a este gato, cómo se siente, qué pide, qué no quiere. La persona cuenta cómo vive el problema, cómo le afecta, y se hace víctima de él. Pero quien debe contar el problema es el gato, y tras 17 años trabajando con animales no necesito ya demostrar que los animales pueden contarlo, lo estáis viendo cada vez más. Por eso, ¿qué tipo de profesional quieres ser? ¿Quieres un reconocimiento oficial, un diploma? ¿Quieres cobrar mucho dinero y ser reconocido, famoso? ¿O a qué profesional vas a contratar para ayudar a tu gato? ¿Al que te da la razón, te da remedios inmediatos aunque sienten mal a tu gato, o a alguien que sea honesto, sincero, y te comunique sin prejuicios lo que ocurre y te acompañe en un largo proceso terapéutico? Yo lo tengo claro, y por eso recibiré en la nueva formación profesional que estoy preparando a personas que quieran trabajar con su corazón, que no tengan miedo de sí mismas, que sean valientes para enfrentarse a inseguridades, a verdades, que sean humildes para escuchar cualquier tipo de mensaje que un gato quiera dar, y ayudarles poniéndonos a su favor, y no tanto en el de la persona para quedar bien y ser así reconocidos, no aceptaré personas que odian a la humanidad.

Trabajar con amor, desde el amor, con el corazón, con respeto e igualdad por estos compañeros de vida y por el resto de la humanidad. Jamás imaginé qué tan lejos llegaría con mi profesión, ni sé aún, dentro de mi momento personal de incertidumbre, a dónde me llevará, pero a día de hoy, estoy feliz de ser la persona y profesional que soy, tras pasar tanto miedo, sufrimiento, tantas etapas, hoy me planto y me agradezco la experiencia y la fuerza con la que he viajado hasta aquí, y a partir de aquí pese a seguir aprendiendo, quiero enfocarme más en enseñar.

El mundo está cambiando, los extremos tiran cada uno hacia su lado para llegar a un equilibrio posible, yo sigo en mi neutralidad y mi base, no soy extrema, tengo valores. No vas a maltratar a un gato, no vas a hacer algo que sé que le va a perjudicar aunque a ti te haga gracia, te voy a informar y ayudar sin juzgarte, para eso he venido y mi amor por la vida, y por todos, es mi energía.

Feliz año 2017 <3




miércoles, 27 de enero de 2016

No soy infalible

Siento que trabajo en silencio, en una habitación donde paso horas, tras la pantalla de un ordenador, sin que nadie vea lo que hago ni cómo. Con mi gata Moway siempre a mi lado, hablando por teléfono durante horas, contesto cientos de correos, mensajes de Facebook, Whatsapp. La mayoría demandantes, la mayoría urgentes, pero nadie ve más allá de su propio problema. Llegué a la saturación, a necesitar tiempo para mi y para preparar más proyectos, porque lejos de parar, sigo inventando y creando porque quiero llegar a más personas, quiero dar más, porque siempre siento que hago poco. Muchas veces lloro leyendo los correos, y contesto desde lo más profundo de mi corazón tras respirar 10 segundos. Me dan ganas a veces de gritar ante las injusticias, cuando me cuentan sobre otros consejos que otros profesionales les han dado para solucionar los problemas de su gato. "Quítale las uñas", "hay que matarlo, no tiene arreglo y es peligroso", "es mejor que lo dejes en la calle, se apañará", "las cosas naturales no le van a hacer nada, dale fluoxetina". Me revuelve las entrañas y sufro en silencio mientras hago de tripas corazón y contesto con todo el amor que me sale. No juzgo, porque estas cosas se aconsejan desde la ignorancia. Pero duele, duele mucho. Y en vez de querer ir a toda una comunidad clamando al cielo que por Dios pongan un poco más de corazón en cuanto al comportamiento de los gatos se refiere, me entran más ganas de querer cambiar el mundo y trabajar para publicar mis libros, y todo lo que pueda aportar a este desconocido mundo de los gatos. No es que sea la persona que tiene toda la verdad, pero algo sé, y sé sobre el amor y respeto, y sé por qué los gatos actúan como actúan. Sé que ninguno de sus problemas se arregla amputándole los dedos, ni matándolos. Sé que tienen problemas, sentimientos, que manifiestan la más pura verdad y no se deben tapar con ansiolíticos. Sé que les podemos ayudar si dejamos al lado ese Ego estúpido, autoritario y soberbio que te hace querer tener razón. No tenemos razón, nunca, porque no estamos hablando con el corazón en la mano. Estoy cansada de ser de las pocas personas de mi país que trabaja en positivo con los gatos, pero por otro lado me llega una corriente nueva y fresca de personas que se están formando conmigo y con otras compañeras maravillosas y que quieren trabajar con esta filosofía y base. Eso es lo que me da esperanzas de que el mundo cambie y esos profesionales que recomiendan barbaridades, espero que se den cuenta de su incompetencia y trabajen de otra manera, porque se van a dar cuenta de que sí que ayudan a los gatos y a sus personas. Sólo un poco de humildad y recordar por qué estás haciendo lo que haces, si es por los animales o qué te mueve. Pocas veces me levanto y grito, muy pocas, porque no quiero meterme en el terreno de nadie ni juzgar, pero esta vez debo hacerlo por desahogarme, y porque no me muero sin cambiar el mundo, yo no me muero hasta que los gatos sean comprendidos y tratados mejor, así como las personas.

No descansaré hasta que vea que todos los profesionales vean más normal escuchar y entender a un gato que maltratarlo. No me iré hasta que la desungulación, el castigo y maltrato sean absolutamente rechazados e intolerables. Hasta que la medicación con ansiolíticos sea vista como una falta de respeto a los sentimientos y expresión de otro Ser.

Aguanto a diario cómo personas muy científicas desconfían de mi trabajo y quieren entenderlo de una forma muy mental. Y digo aguanto porque no me enfrento. Y si me critican me pasan sus palabras como la brisa fresca sin afectarme. Lo he dicho muchas veces, no tengo nada que demostrar. Yo ya estoy convencida. Sólo quiero aportar y aportar, dar todo lo que sé, para que con eso quien lo reciba haga lo que sienta. Y aún así, muchos no entenderán. Pero no es mi problema. Yo sólo tengo que compartir y dar lo mejor de mi. 

Dicen que escribo poco en mi blog, pero es que sólo escribo cuando algo me duele, afortunadamente. Cuando tengo ganas de llorar, vengo y me desahogo, para eso es mi blog. No me importa quién lo lea, es como si no lo leyera nadie. Aunque en estos meses me he tenido que morder la lengua porque hay cosas que no se pueden contar en público y se sufren en silencio. Como ser humano, los estados de felicidad o realización en la vida no duran mucho. Pese a mi paz interior y mi eterna confianza en la vida, soy humana y tengo días malos. Y meses malos en que hay que ser fuerte y luchar. Pero no puedo escribir sobre ciertas cosas, simplemente, y llevo un tiempo en silencio aguantando como una guerrera.

No soy infalible. No se entiende lo que cuesta este trabajo, a nivel emocional y físico. Recibo a diario correos de personas pidiéndome "si tienes un ratito pregúntale a mi gato..." o "si tienes un ratito a ver cómo lo ves...". La comunicación animal no se hace en un ratito. Ya lo he explicado en otros posts de este blog. Es una gran responsabilidad y no es un don tal que uno pueda sentarse en un ratito a mirar una foto y saber dónde está un gato perdido. No funciona así. No se valora el tiempo ni el esfuerzo que ha conllevado años de formación y trabajo personal para que en un ratito puedas resolver un problema ajeno. Me duele porque me frustra el hecho de que no pueda hacerse así, porque necesitamos controlar todo así. No se puede y es irrespetuoso con los animales y la comunicación. Hay mundo inmenso detrás de todo esto que no alcanzamos a ver ni comprender. He llegado además a tal punto de saturación que estoy tan cansada, y aún sigo intentando dar lo mejor de mi, por los gatos, su bienestar, lo que más quiero, que las personas y los animales estén bien. Es mi motivación diaria, y aún cuando la vida personal de una se hace dura (mamá no te preocupes, estoy bien), hay que estar entera para tener esos "ratitos" que la gente demanda sin valorarlos de verdad. Me hace sentir realmente mal. Pero lo hago por ellos, desde esta habitación. Con mi música, mis velitas, mis animales de poder, y confiando en el Amor que me sostiene y me guía cada día.

Aunque no sean los resultados esperados en un caso en el que trabaje, aunque a veces un problema entre gatos sea complicado y las personas se desesperan, sigo teniendo que dar lo mejor de mi por ayudar. No por solucionar. Ayudar. Acompañar. Aconsejar. Pongo todo mi amor en ello sin esperar nada a cambio. Hay muchas cosas que no se ven desde el otro lado, la persona que lucha a diario por ser mejor, que sufre por cosas de la vida como todo el mundo, la persona que te está escuchando y quiere ayudarte aunque no confíes en ella, la que come delante del ordenador cualquier cosa para ver los vídeos de tus gatos a tiempo, los tuyos, y los de cien personas como tú.

Es agotador, pero sólo permito quejarme hoy, un ratito. Puedo derrumbarme un poquito y resoplar. Escribir esto y desahogarme. Luego vuelvo a mi fuerza interna y mi convicción y sigo adelante, contestando correos y queriendo ayudar a todos los que vienen a pedir ayuda. Me siento agradecida por la confianza de las personas y la cantidad de trabajo que llega. Eso me lleva a hacer cambios en un futuro inmediato. Cambios positivos, pero necesidad de soltar viejos patrones y empezar a establecer otras maneras de trabajar. Con ese objetivo: dar todo lo que pueda y lo máximo que llegue.

Y si me muero mañana, pues esto ha sido lo mejor de mi, eso no me cabe duda, lo intento cada día, así que en cualquier momento, me puedo marchar tranquila. Sólo espero que me de tiempo a publicar mis libros, al menos, y ver cómo cambia el mundo. Así que pese a lo dura que es la vida, me pido unos años más. Ya descansaré otro día.