miércoles, 12 de febrero de 2014

¿Vives o te desvives?

Hace tiempo que vengo sintiendo que hay algo diferente en mi, estoy trabajando más, pero de otra manera, con otras sensaciones distintas. Me costó mucho aceptar que no todos los casos que me llegan son para resolver y que el supuesto problema de comportamiento desaparezca para conformidad del cliente, así mi Ego también se ve realizado. De lo contrario, me machaco tanto que me apetece cambiar de profesión pensando que no valgo para esto. Algo que me hace tener los pies en la Tierra. Pero la mayoría de personas que contactan conmigo no están en el mismo punto. Muchos gatos sólo quieren que se les escuche y ya está, que se sepa lo que están haciendo, poniendo un poquito de consciencia en su persona, porque realmente la solución está en nosotros, no tanto en el gato. Pero nosotros siempre queremos soluciones inmediatas sin importar el por qué de las cosas. Queremos sanar enfermedades sin saber por qué las tenemos, quitarnos dolores sin saber qué hemos hecho para que nuestro cuerpo hable. Con los gatos pasa igual, podemos anularlos con ansiolíticos, corregir su conducta hacia algo más cómodo para nosotros, pero nos estamos perdiendo toda la información por el camino. Queremos ser felices pero ignoramos todas las señales del Universo que nos guían hacia esa felicidad. Porque la queremos aquí y ahora, pero nunca estamos ni vivimos en el aquí y ahora. ¡Qué absurdo!. Siempre estamos anclados en el pasado, o pensando en el futuro, y la vida se nos pasa, instantes en los que merece la pena darte cuenta de que estás vivo y respirando, que tu corazón late y la vida te rodea. Eso es felicidad, y nos la estamos perdiendo, siempre pensando y pensando. Pre-ocupaciones, cosas que no vamos a resolver en el momento, siempre ocupando nuestra cabeza. Yo siempre intento fijarme en cómo viven y cómo son los animales, y pretendo imitarles. Veo a los gatos tomando el Sol, y simplemente están haciendo eso, tomar la luz y la energía del Sol, disfrutando el momento, transmutando y sanando. No están pensando ni en la lista de la compra, ni en lo que le pasó ayer, ni en cómo va a pagar el alquiler de este mes. Ellos están vivos y viven, éso es lo único que hacen, en el instante. Ni están recordando ni están proyectando, simplemente están. Eso es lo que me gustaría conseguir porque creo que es el estado más maravilloso del Ser. Cuando lo consigo, ¡es increíble! Imagino que muchos ya lo habréis experimentado también, pero sólo lo conseguimos a ratos. ¿Conseguiremos vivir así? Simplemente siendo, estando, sin preocupaciones, creando nuestra propia realidad en el momento con pensamientos positivos, en estado de gratitud total.  Suena bien. No hace falta entrar en meditación profunda para conseguir ese estado, simplemente para y observa si estás respirando, si estás vivo y ¡oh! Bienvenido al presente.

Pues mi trabajo va encaminado a intentar hacer sentir este tipo de cosas a las personas que me llegan con todo tipo de problemas con sus gatos, hacerles entender que nada es tan importante, que todo son mensajes para nosotros y que todo tiene trabajo y solución poco a poco. Que a veces no estamos haciendo bien las cosas y nos estamos perdiendo toda esa valiosa información sobre nosotros mismos para poder estar bien. Cuando alguien me contacta con un problema (¡siempre con la palabra "problema"!), antes me sentía muy responsable y hasta culpable si no conseguía ayudar al gato a estar bien. Después de muchas decepciones (es lo malo de tener espectativas) conmigo misma y autoflagelamiento, me di cuenta de que estoy haciendo lo que tengo que hacer. No tengo ni quiero la responsabilidad de todos los problemas que la gente tenga con los gatos. Mi única responsabilidad, creo, es ponerte en contacto con tu gato y ayudaros a entenderos, ayudar a que los gatos estén bien, por tanto la persona también, aunque a veces la persona se tiene que implicar en un trabajo personal de años para que el gato "mejore su comportamiento", cosa que no depende de mi. Yo no tengo el control de la vida de tu gato, porque he aprendido que son ellos los que saben dónde están y lo que están haciendo, y a veces me lo quieren decir, otras veces no, por tanto yo sólo tengo que ayudar en momentos concretos. Me cargaba demasiado con la responsabilidad de asegurarme de que el cliente queda contento con lo que le digo, que ve resultados y que el gato "se arregla". Pero he decidido que no quiero eso, que pese a poder equivocarme muchas veces y no saber interpretar bien un mensaje, o pese a hacerlo bien y que la persona no quede conforme porque el gato no "se arregla" inmediatamente, lo que tengo que hacer es lo que estoy haciendo ahora. Yo también estoy aprendiendo, y mis errores sirven para mucho, en vez de para hundirme y querer dedicarme a otra cosa, ahora veo la enseñanza del animal y si realmente he dado bien el mensaje o no. Hay mensajes que me da miedo decir porque o bien no los he entendido bien y tampoco sé expresarlo en condiciones (y lo digo con total humildad siempre), o es una información que condicionaría demasiado a la persona. Mis guías me dicen que debo confiar así que en ello estoy (porque tengo un dolor en parte de mi cuerpo que más me vale hacerle caso o si no sigue ahí). Me equivoque o no, siempre hago mi trabajo con muchísimo respeto y amor, desde mi corazón. Si me equivoco, entiendo que debo aprender algo yo. Hay que ser muy respetuoso con los animales, las personas y esta forma de trabajo, hay días en que no puedo trabajar, pues tengo que descansar y ya está, hay días que estoy bien y lo noto en las comunicaciones. Tengo que aprender a identificar cuándo no puedo y a saber decir que hoy no, no puedo. A veces hasta lloro del estrés que tengo, de nuevo sin estar en el presente, porque se me está pasando la vida demasiado rápido. Con un bebé y un trabajo como este, en el que personas tiran de mi las 24 horas del día, que no respetan ni las noches ni las horas de comer, e intentando tener algo de vida personal, al final... mando todo al carajo, me quedo con mi familia, y me pongo a tomar el Sol en alguna parte, respirando, sintiendo la vida y siendo feliz, agradecida, porque dentro de todo este alboroto, la felicidad está ahí, en cuanto pares y te des cuenta de que estás vivo, ¡es lo más maravilloso que tenemos! ¡Disfruta de la vida y aprende de tu alrededor, estate en el presente y respira, vive! Nada es tan importante. Pasito a pasito.

Hoy recomiendo leer al maravilloso Eckhart Tolle, "El poder del Ahora" y otros tantos libros maravillosos que tiene. ¡Gracias!

4 comentarios:

  1. Yo hice una especie de "curso" que viene en un libro que se llama "El proceso de la presencia". También es sobre cómo vivir en el presente, y te da pautas por semanas para conseguirlo. Si no lo conoces, te lo recomiendo. Sé que debe ser durísimo, pero me encantaría dedicarme a ayudar a los animales. Siempre he querido "recuperar" a niños problemáticos (quizás porque yo fui una) y ahora también me gustaría hacerlo con gatos. Adopté uno y creo que le he ayudado, aunque no del todo bien, pero le he demostrado que puede vivir tranquilo, sin miedo, y eso es algo que me encantaría hacer a mí. Me parece admirable su forma de vivir aunque le hayan maltratado durante años, y su forma de superarlo, ojalá yo tuviera la mitad de fortaleza y capacidad que él para hacerlo.
    Sobre lo que dices de que la gente no respeta tus horarios... Bueno, a veces hay emergencias, pero si no es una, deja muy claro que no es el momento. Tienes derecho a tener tu vida y tu intimidad, y la gente tiene que entenderlo... Me das envidia por lo que haces...:)
    Ya sabes, el ego...
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. Siempre resonando.. Gran espejo Laura. GRACIAS

    ResponderEliminar
  3. Te leo y de alguna forma me leo también en tus palabras. Besitos para ti desde el corazón

    ResponderEliminar
  4. Ay laurita...q proceso tan parecido llevamos tu y yo, q identificada me siento con lo expresa tu corazón!!! Te leo, te siento!!! Un abrazo inmenso de mi parte. Y me dice Coon q otro de su parte.no sabes lo feliz q esta!!

    ResponderEliminar