jueves, 15 de enero de 2015

¿Estás?

Este año 2015 me está regalando muchas cosas y acaba de empezar. Para mi, 2014 ha sido muy duro físicamente, aunque ya llevo muchos años quejándome de tener cuerpo, porque duele, limita y molesta, entre otras cosas, y luchando, como hacemos todos cada día, conmigo misma, mis debilidades y autoreproches.

He llegado a la cima de una montaña y ahora siento que puedo bajar más tranquila. Algo ha cambiado que me vibra el corazón durante todo el día, como la sensación de estar enamorado profundamente, que sientes que el pecho te arde, ilusión y ese amor. Pero esta sensación no va por nada ni por nadie en concreto, eso es lo genial... que estoy así todo el día. Será amor por la vida... que es lo último que he conseguido entender.

Lo escribo porque creo que servirá a más de uno/a, ya que para mi ha sido un camino de 35 años (más lo que viene). Y lo escribo con lágrimas en los ojos porque me emociono al compartirlo y creo que a alguien le puede ir bien, aunque todos y cada uno de vosotros tiene su propio camino y subirá tantas montañas como sean necesarias, compartir ayuda y une, es una forma de dar.

Creo que nos pasa a todos, y más ahora, que no entendemos de qué va todo esto, que nos da miedo la enfermedad, o mismamente la estamos sufriendo como si fuera un castigo, y nos sentimos condenados a morir tarde o temprano, sin saber siquiera qué significa eso. Como que nos han soltado aquí sin decirnos nada y no sabemos ni para dónde tirar, sólo que tenemos que luchar para sobrevivir de la mejor manera posible y ya está. Ésa ha sido mi sensación, estar perdida, pese a sentir compañía y a mis guías conmigo, como que no me he enterado de nada, aunque en realidad si lo he hecho, pero el proceso es tan lento que no te das cuenta y piensas que sigues perdido.

Todo tiene su momento y la información te llega cuando eres capaz de integrarla en su sitio y bien. Si supiéramos todo no podríamos hacer lo que hemos venido a hacer. Te voy a contar algo de lo que no me siento orgullosa pero es lo que es, y estoy segura de que lo vas a entender.

En toda mi vida me he sentido frustrada y he llegado a no querer vivir. Si la vida es esta, cuerpo y limites, dolor, crueldad, sufrimiento, yo no he querido estar. He intentado escaparme todo lo posible, y pese a ello he ido haciendo mi tarea.Gracias a mi tarea con los gatos y sus personas, he ido trabajando estos limites y sufrimientos que uno sólo se crea. Esa sensación de no querer estar me ha perseguido toda la vida, por miedo principalmente, y esa actitud, junto con la de víctima, y los autoreproches, la sensación de culpa por todo que vamos heredando unos de otros, me ha mantenido con dolor o enferma casi siempre. No sabía lo que es vivir sin dolor. Si no es una cosa es otra, o enfermedad. Piensas que te atacan otros, pero cualquier cosa que te esté pasando no viene de nadie más que de ti mismo. El mayor atacante eres tú, no hace falta nadie más.

2014 me ha traído muchísima sabiduría y herramientas que, desde que las uso, mi mundo ha cambiado. Hay dos cosas que son lo más importante para mi, una es el perdón, y la otra la gratitud. Con eso, he llegado a la cima de mi montaña y he visto lo bonito que es este mundo y el ser humano. El perdón es difícil, hasta que veas lo responsable que eres de todo lo que te rodea. Hasta que entiendas que en este mundo caduco nada es real y por tanto nada importa tanto como para sufrir por ello. Es temporal, es una enseñanza, no está aquí en realidad, tu alma está intacta, por tanto se me está haciendo más fácil perdonar. Se puede perdonar en el momento y de repente la situación cambia. O puedes trabajar el perdón con algo más profundo hacia alguien. Y el perdón hacia ti mismo es un trabajo para toda la vida.

La gratitud es lo primero que doy antes de recibir nada. No hay que esperar a recibir para dar las gracias. Es justamente al revés. El secreto de la abundancia no reside en el "no tengo", sino en el "gracias por lo que tengo". Entonces, valorando lo que tienes, tendrás más de eso. Es realmente poderoso y así lo he venido practicando. Ha cambiado todo. Doy gracias hasta por el euro que sale de mi cartera para pagar el pan, por comer cada día, por llegar a casa con la compra hecha y ver la nevera con comida. Por ver a mi hija sonreir. Por cada persona que me escribe, por cada gato y persona con los que trabajo. Doy gracias a todo lo que me llega y así me está llegando más. Ya no me quejo de lo que no me llega, de que un curso se tenga que posponer, de que alguien me deba dinero, no pongo energía en eso, en la escasez. Justo al revés... Si no, no salimos de esa espiral. Si te crees que hay crisis y que no hay dinero ni trabajo, estás en esa espiral. Sal de ahí dando la gracias y perdonando. Si a esto le sumas la confianza ciega en tu Alma, tus guías o ángeles, a la Fe, ya es una maravilla.

Y para acabar el año, enferma y muy removida, hice mi tercer trabajo de sanación de antepasados y ancestros. Me emocioné al final, cuando vi a cada uno de mis ancestros despedirse de mi, dar las gracias, y salir de allí con alas que brillaban. Tras unos días, recibí mi primer regalo del año. Bueno, ha sido más de uno, pero te cuento el que lo ha cambiado todo. Pese a ser obvio, para mi no lo ha sido.

Un día me desperté porque alguien me hablaba. Decía que Dios nunca se olvida de dar, sólo que a veces cambia la forma de hacerlo. Empecé a meditar a diario, y al pedir ayuda, el mensaje más importante que me llegó fue que debo querer estar. Para este año he pedido salud, lo que me lleva faltando media vida, la abundancia ya sé cómo llega, la felicidad la tengo, el Amor lo tengo, pero mi cuerpo me seguía molestando tanto que no quería estar en él. La solución ha sido querer estar en él. Así de fácil. Me han enseñado que estoy aquí porque tengo que estar, que necesito estar presente y querer estarlo. Toda la evasión, autoreproche, miedo, duele mucho, en el cuerpo. La espalda, el cuello, los hombros, la cabeza, el estómago, todo. Todo se disipó en el momento en que decidí estar y confiar plenamente en mi presencia. He rellenado mi espacio con ella, me he fortalecido y en pocas horas aprendí a ser feliz con mi cuerpo y estando aquí.

Nos pasamos la vida leyendo a gurús, yendo a cursos, haciendo terapias, pero... lo más importante, tu presencia, tu corazón, tú... está aquí? Quieres estar? estás cumpliendo la tarea de tu alma?

Llevo 15 días sin dolor alguno y enamorada, energetizada y vibrando. Si siento algún dolor, le digo que le amo y perdono lo que lo generó, lo libero, relleno ese posible hueco, y desaparece. Y si mañana enfermo, ya no lo veré como un ataque, seguiré sintiendo mi cuerpo plenamente y aprendiendo de él, transmutando, como hacen los gatos. Seguiré meditando cada día y estando presente, amando. Gracias.